El biometano obtenido tras la depuración del biogás (upgrading) presenta una mayor concentración de metano, de forma que sus características son similares a las del gas natural de origen fósil.
Esta similitud con el gas natural permite su inyección en la red gasista, utilizando la misma infraestructura. Algo que simplifica su incorporación al mercado de los gases renovables, supone un notable ahorro en inversiones y facilita la descarbonización de todos los usuarios de la red gasista, desde los hogares hasta las industrias.
El transporte del biometano a través de la red gasista
La red gasista, diseñada para suministrar gas de manera eficiente, constante e inmediata a los usuarios, constituye una infraestructura clave.
Esta red gasista engloba los siguientes elementos básicos:
- Plantas de regasificación y licuefacción: Facilitan la recepción de gas natural o biometano desde cualquier parte del mundo. El gas natural se transporta como GNL en buques metaneros a -160˚ C, para ser vaporizado en estas plantas y luego inyectado en la red de gasoductos.
- Almacenamiento: Infraestructura para reservar gas natural en el subsuelo, utilizando antiguos yacimientos, acuíferos profundos o cavidades salinas. Desde estos almacenes se lleva a cabo la inyección, extracción, secado y odorización del gas para su posterior incorporación a la red.
- Gasoductos de transporte primario: Red troncal y red de influencia local con gasoductos de alta presión (> 60 bares). La red troncal asegura la conexión internacional, a yacimientos de gas natural, a almacenamientos, a plantas de regasificación y a estaciones de compresión. Mientras que la red de influencia local abastece a nivel regional.
Además de estos elementos básicos, la red gasista también cuenta con una red de transporte secundario y de distribución.
La red de transporte secundario incluye gasoductos de media presión (entre 60 y 16 bares), y la de distribución comprende gasoductos de baja presión (< 16 bares) que llevan el gas hasta el consumidor final.
Las plantas-satélite de la red de distribución regasifican el GNL que llega en camiones cisterna, para su inyección en las redes de distribución no conectadas a la red de transporte.
Si bien, para que el biometano pueda ser inyectado en esta red gasista y ser transportado en los gasoductos debe cumplir con unos requerimientos definidos por las Normas de Gestión Técnica del Sistema (NGTS), en referencia a diversos parámetros: contenido mínimo de metano, contenido máximo de CO y CO2, hidrógeno o en oxígeno , entre otros
Las NGTS articulan el funcionamiento del Sistema Gasista, estableciendo las relaciones entre los distintos agentes y los correspondientes procedimientos de actuación.
El papel del sistema de garantías de los gases renovales
Junto a la infraestructura gasista y los requisitos normativos que debe cumplir el biometano para su inyección en red, el Sistema de Garantías de Origen (GdO) juega un papel crucial al certificar el origen renovable del biometano para su comercialización y consumo.
El Sistema de Garantías de Origen está regulado por el Real Decreto 376/2022, y gestionado por Enagás GTS. En enero de 2023 se lanzó la plataforma de este nuevo sistema para que cualquier empresa interesada pudiera solicitar su alta y registrar instalaciones de producción de gases renovables.
Las GdO, emitidas en unidades de 1 MWh, detallan la naturaleza del gas, materias primas, proceso de producción y tecnología, facilitando la trazabilidad y diferenciando entre gas inyectado en red y comercializado fuera de la misma.
Con este Sistema de GdO funcionando, se sientan las bases para impulsar la producción de biometano como alternativa renovable en el sistema energético, marcando un paso firme hacia la transición energética.
La infraestructura gasista en España
España cuenta con una extensa red gasista que facilitará considerablemente la incorporación del biometano en el mercado y la descarbonización del sistema energético.
La principal compañía de transporte de gas natural en el país es Enagás, la cual ha desarrollado una infraestructura que abarca 11.000 km de gasoductos distribuidos por todo el territorio.
Aprovechar esta misma red de gasoductos para el transporte de biometano es una gran ventaja y oportunidad para España. Más aún si tenemos en cuenta que, en 2015, la red de transporte y distribución de gas natural en su totalidad alcanzó los 83.830 km, ofreciendo el suministro de gas a más de 7.6 millones de clientes.
La distribución del biometano a través de esta red de gasoductos supone un ahorro en inversiones considerable y permitiría acelerar la incorporación del gas renovable al mercado energético nacional.
Además, España cuenta con el respaldo del plan REPowerEU y el Plan de Acción del biometano para desarrollar sus capacidades, siendo uno de los tres países con más potencial de producción de biometano en Europa.
Por lo tanto, el país tiene la capacidad y la oportunidad de acelerar la descarbonización, ganar en independencia energética y avanzar hacia un futuro sostenible.
El reto tecnológico de producir biometano
La producción de biometano cuenta con una tecnología madura, lo que supone una ventaja para su desarrollo. No obstante, existen todavía opciones de mejora tecnológica que permitirán ganar en eficiencia.
Algunas de estas opciones de mejora se centran en desarrollar tecnologías de upgrading más simples y económicas.
Un ejemplo de ello es el proyecto Upbiomet+, liderado por AINIA, que ha logrado un aumento notable en la producción de biometano, entre un 20 y un 30%, mediante la selección cuidadosa de materiales conductores.
Las modificaciones en los reactores de digestión anaerobia que han llevado a cabo permiten aumentar la eficiencia del proceso y reducir los costos operativos y los residuos gaseosos asociados: no solo se obtiene un biogás más rico en biometano directamente, sino que también se incrementa la producción mediante la transformación adicional de CO2 en biometano.
La producción y la inyección de biometano en la red gasista representa un paso significativo hacia un futuro energético más sostenible.
España, con su infraestructura avanzada y su potencial para la producción de este gas renovable, está bien posicionada para liderar esta transición.
Al integrar el biometano en la red de gas natural, no solo reducimos nuestra dependencia de los combustibles fósiles, sino que también avanzamos hacia un sistema energético más limpio, accesible y sostenible. Siempre manteniendo un compromiso continuo con la innovación, en la búsqueda de mejoras tecnológicas que permitan ganar en eficiencia energética y sostenibilidad.